La tradición cuenta que su creación se debe al error de la cocinera que al ver que había cocido demasiado las manzanas y para no tirarlas le puso la masa encima.
Pero fuera o no un error, la verdad que está de rechupete.
Para una fantástica tarta vamos a necesitar:
- 8-10 manzanas depende de el tamaño.
- 150 gramos de azúcar,
- 150 gramos de mantequilla,
- un rollo de pasta brisa,
- canela molida.
Precalentamos el horno a 180º C. Hacemos un caramelo y para ello fundimos la mantequilla y le añadimos el azúcar. Dejamos fundir y mezclamos bien con una espátula hasta que veamos que la mezcla está doradita. Yo utilizo una sartén que pueda ir al horno.
Pelamos las manzanas, les quitamos el corazón y las cortamos en dos. Las ponemos en la sartén donde ha cocido el caramelo y las ponemos en abanico (como en la foto).
Espolvoreamos con un poquito de azúcar y canela. Dejamos cocer a fuego medio unos 7 minutos (más o menos).
Una vez pasado este tiempo ponemos la masa sobre las manzanas y plegamos los bordes que sobresalen hacia el interior.
Horneamos a media altura unos 25 minutos hasta que esté dorada y dejamos reposar.
Lo mejor es comerla templadita acompañada de un poco de nata espesa o una bola de helado de vainilla.