Esta noche me apetece una pizza, pero nada de una de esas que ya están preparadas y que lo único que tienes que hacer es meterla en el horno. ¡Yo quiero una de las de verdad!
No estan difícil como parece, sólo necesitamos un poquito de paciencia :-)
Para 2 pizzas vais a necesitar:
- 1 sobrecito de levadura de panadero deshidratada ( unos 8 gramos, más o menos),
- 2 o 3 cucharas soperas de agua tibia,
- 300 g de harina,
- 2 o 3 cucharas soperas de aceite de oliva
- 15 cl de agua tibia (~ 35° C)
- una pizquita de sal.
Lo primero es hidratar la levadura en un vaso de agua con las 2 o 3 cucharas soperas de agua. Dejar reposar entre 25 o 30 minutos.
Pasado este tiempo mezclar bien la levadura con el agua para que no queden grumos.
En un recipiente a parte (una ensaladera grande) incorporar la harina y hacer un agujero en medio (como un volcán).
En él introducir los 15 cl de agua tibia, el aceite de oliva, la sal y la preparación de levadura.
Mezclar y poco a poco incorporar la harina. Amasar bien, entre unos 5 a 10 minutos. Esta etapa es muy importante para tener una masa perfecta. La masa tiene que quedar elástica.
Dejar reposar una hora como mínimo cubierta con un paño húmedo y en un lugar templado.
Volver a amasar y dividir la masa en dos trozos.
Enharinar la mesa y estirar la masa con un rodillo.
Poner vuestros ingredientes favoritos y hornear a 200ºC hasta que esté bien doradita.